jueves, 26 de febrero de 2009

Amor de Sala de Clases


Miradas a escondidas haciendose pasar por una sombra, lejos de todo interés.

Poco podía ocultar su mas que inminente fijación por el cuerpo delgado, esbelto, de caminar imparable, inquieto quizá, de la serena mirada y su sonrisa que rozaba lo pícaro y lo bello, de aquel muchacho.
¿Cuan notorio podía ser su interés?

Si era un crimer querer pertenecer a su vida sin vacilación se declararia culpable en capacidad de pecar de ilusa, ingenua, enamorada y loca.

Sirviendo de poco el minimo de cordura espera, anhelante en una pequeña medida, como una cucharadita de atención de su parte.
Suena la campana del recreo


Que se haga posible enfrascar alguna dulce mirada...

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