
Fuiste sincero de más.
Me convertiste en quien yo mas temo... en una traidora.
Camine por la vereda y te encontré en las siguiente calle acompañado de lo invisible.
Me desarmaste la fuerza de voluntad, me dejaste con un sabor extraño en la boca como a palabras sin decir y tus brazos que se aferraron a mi cuerpo pidiendome que no olvidara todo lo que te dije una vez, tanto tanto tanto que dije. Acorralada contra la pared no me quedo mas que rendirme ante tu cariño que me decías no tenias como mas expresarlo y que eso te desarmaba el alma . TÚ me desarmaste el alma con todo lo que paso a eso de las 2 a.m... Mala hora para pedirme fidelidad.




No hay comentarios:
Publicar un comentario