sábado, 16 de mayo de 2009

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Su mirada caía sobre el cuerpo agitado de la muchacha.
¿Qué mas podían hacer? No había palabra para decir, no por lo menos en un idioma conocido.
Respiraban uno en la boca del otro y sus miradas seguían fijas, como si no pudiesen abarcar todo lo que veían...
Un beso arrebató el momento y con desesperación se aferraban los cuerpos nerviosos de ambos.
Era deseo, pero no del deseo carnal... Era el deseo de tenerse sin el cuerpo, de ser tan parte del otro que no hubiese necesidad de nada, tanto el deseo de sentirse en el corazón del otro...
La calma volvió a ellos y otra vez esa mirada.
Sonrieron.
Somos parte de esto.

NOSOTROS

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