La Ira

-¡Tengo que escribir enojada! - Le grité a mis espaldas.

Realmente tenía que hacerlo, volverme una sicopata investigadora leyendo cada palabra para entrar en mi estado de "IRA" para conseguir eso que tanto quería escribir.

-Creo que es innecesario que lo hagas, siempre eres tan masoquista- y siguio mirando el Ludo y jugando con mi hermano.

Miré la pantalla denuevo, cada vez mas enojada... ENOJADA HASTA LAS LAGRIMAS.

-¿Y que esperas que haga? ¿No crees que es el momento de dejar de ser cobarde y decir de una vez por todas "Esto mio, tú no te lo vas a llevar"?- dije hablando fuerte sientiendo, al fin, verdadera rabia.

-No lo sé- dijo mirando la ventana con los ojos perdidos- Creo que exageras... Imagina, ¿Qué haces si esto te obsesiona?

Lo pensé unos minutos... Realmente eso podria obsesionarme pero como no, que tiene de agradable soñar todas las noches, y a cada momento que cierro mis ojos, con una persona que no conozco pero que me hace dudar de quien mas quiero...

-Pues entonces que asi sea... Arruinaré otra relación. Lo siento no me importa... no encuentro manera de sentirme segura- y bajé la voz. Acababa de hacer una confesión demasiado obvia... Literalmente "Me heché al agua" Y él miraba sorprendido.

-No se que más decirte... Eres tan testaruda- dijo sonriendo.

-Lo sé- dirijí la vista a la pantalla para ocultar mis lagrimas. Ese comentario parecia salido de otra boca... De esa boca que era de mi propiedad... de esa boca que estaba extrañando tanto y que, sin notarlo por si misma, me pedia que confiara...