
-Parece tarde para fumar ¿No creés?
-¿Lo crees tú? - miró el horizonte.
-Fuego - dijo acercandole el encededor.
-Gracias... - ensimismada, soltó el humo.
-¿Me quieres aún? - prendió su propio cigarro.
-Hoy... y todos los dias de mi vida...
Ambas se abrazaron.




No hay comentarios:
Publicar un comentario