
Temblando de la ansiedad mire por la ventana del auto.
-Que te vaya bien hoy- dijo mi papá y sacó el seguro de la puerta.
-¿Y cómo mas crees que me irá?- repusé algo enojada. Estar nerviosa me pone de mal humor.
-Pues... esfuerzate- Y cerró la puerta tras de mi, acelerando y desapareciendo al final de la calle.
Hoy es el dia. Hoy pienso hacer esas cosas que yo no hago y que no me vengan con "la niña buena se reveló". Esto es mi asunto.
Emprendí camino al metro, tenia todo planeado. Me iría a casa de mi mejor amiga y pasariamos la mañana haciendo nada.
Comencé a correr solo por los nervios.
"Solo dime todo lo que sientes, quiero que lo intentes"
Iba cantando. Me sentía la reina del mundo engañando a todos.
Subi al metro, me quedé mas tranquila. Ya sentia que tenía la misión casi cumplida por completo y cada vez me hacia sentir mas grande y poderosa.
Sali del metro contenta, era la primera vez y hasta el momento todo iba mejor de lo que esperaba. Compré cuchuflis.
Y entonces pasó lo peor...
-¿Está rico el cuchufli?- dijo una voz a mi espalda. Me recorrió el terror. Volteé y ahi estaba...
Mi mamá.
-La verdad... tiene poco manjar- dije mirandola totalmente en shock.
Y asi fue mi primera cimarra.
De una oreja para la casa.




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