sábado, 7 de marzo de 2009

Vidrios Rotos


Tengo los recuerdos más borrosos que jamás haya tenido.Tengo recuerdos confusos, por partes... En un momento todos sonreían y al siguiente yo caminaba secando las lágrimas de mi rostro.

La tarde comenzaba para quienes íbamos a San Borja, estábamos todos reunidos, sentados.
Comenzó el "Nunca nunca" y la perfección de la situación comenzó a marearme. Vodka naranja, Ron Cola y puchos...
Entonces, se confunden mis recuerdos, en ese momento comienzo a ver cosas que no entiendo bien. Veo a la Vale riendo acostada sobre vientre, veo a los demás riendo también, veo a mi demonio y recuerdo haberle dicho "No me siento bien"
-Leto... Leto acompáñame al baño por favor... necesito ir- me dijo la Vale con tono de suplica.
-Pero pucha... ¿Qué hora es?- pregunté dirigiéndome a mi demonio.
-No sé...-buscó su celular en el bolsillo, lo sacó y lo miró- 7.20 - me dijo sonriendo.
-Vamos
Me levanté y comenzamos a caminar.
-No me hagas pasar por allá, está mi ex... No quiero verlo - le dije, riendo.
-Vamos por otro lado pero yo necesito mear- dijo con tono de urgencia.
-¿Quieres ir a un baño o te da lo mismo donde sea?
-Me da igual
-Mira la otra vez acompañe a la Panzy allá - apunté al kiosco que se veía a lo lejos- Ahí es re piola.
-Ya vamos... Me da lo mismo- y acelero el paso hacia el kiosco.
-Leto, te juro que meo y me desmayo... estoy pésimo.
-No me weí por favor. No ahora - le reproche mientras la tapaba para que nadie la viera.
Yo miraba la calle y pensaba en como había llegado a eso. Me reía para mis adentros pues el hecho de ocupar un lugar publico como baño me hacia bastante gracia.
-¿Terminaste? - pregunté sin mirar hacia atrás.
-Espera, me estoy abrochando el cinturón - dijo la Vale, divertida.
Comenzó el tramo de vuelta a donde estaban los demás... y comenzó lo peor.
-Leto, no puedo mas - dijo en voz baja, sosteniéndose a mis hombros con los ojos perdidos en otro lado.
-No, no, no... Mantente en pie hasta que lleguemos - dije sujetándola lo mas que pude mientras su peso me impedía dar unos pasos mas...
-VALIWITOOOOOOOO - grité cuando vi al grupo, todos sentados- VALIWITOOOOOO!!!
Mi Licántropo miró hacia nosotras y yo le hacia señas apuntándole el cuerpo ya desvanecido de la Vale. Entonces el corrió y entre ambos la tomamos en brazos y la llevamos donde el grupo. Mi demonio vino en nuestra ayuda, la tomó de las piernas y la depositamos sobre una de las capas que estaban en el suelo. Todos se acercaron. Los recuerdos de ese momento son como un zumbido. "Levántale las piernas" "No le muevas la cabeza" "¿Me escuchas?" "¿Cómo está su pulso?" "Debe ser por los nervios" y mil frases todas combinadas... viendo gente ir y venir al rededor de la Vale, que mantenía los ojos cerrados, mientras le acercaban un papel con colonia de hombre. Mi Licántropo había colapsado en ese momento, miraba a la Vale y luego hacia otro lado, caminaba inquieto unos momentos y luego volvía. Lo único que me hizo ser consciente de todo lo que pasaba fue cuando él golpeó el puño contra la corteza de un árbol cercano.
Minutos después, despertó y los ánimos se calmaron... Las tallas comenzaron denuevo. Los jugueteos entre todos y las risas.
Pero la calma duró menos de lo que pensé.
La vi tomar sus pilchas y mandarse a cambiar sin decir nada a nadie. No logro recordar quien fue tras ella... Ah si! Mi Licántropo... Pobrecito.
Ella quería irse sola... ¿Qué les costaba dejarla? Sería lo mejor... pero la historia terminaría aquí si eso hubiese pasado...
Me quedé junto a mi Licántropo, hablábamos y sus ojos denotaban su total tristeza.
-Ni te imaginas como me miró - decía mientras me abrazaba con fuerza- Hubieses visto la manera en la que me miró y me dijo "Déjame sola"... - pareció que su voz se quebraba mientras decía esto en mi oído.
Entonces vi a Charlie y a mi demonio correr rapidísimo, no nos dijeron nada y no entendía que estaba pasando.
-Tengo un presentimiento terrible - dijo mi Licántropo mirándome desde el suelo. Mi mirada seguía en dirección hacia habían corrido los demás...
-Creo que debemos recoger la basura ¿No crees? - dije tomando una bolsa. Él se limito a asentir con la cabeza y comenzar a acercarme la basura. Mi mente estaba perdida, confusa. Tenía un sentimiento de angustia y pena, todo gracias al ambiente que se había creado entre los que habían estado presentes pero estaba un poco mas tranquila, no había ruidos, éramos el lobo y yo...
-Te puedo pedir un favor - me dijo mientras se abrochaba las zapatillas.
-Si, dime- dije.
-¿Puedes quedarte aquí? - preguntó preparado para correr.
-¿Estás loco? Yo aquí no me quedo- dije yo casi gritando, algo histérica.
-Entonces vamos, hagarra las cosas, la basura la tiramos mas allá.
Y tomamos las mochilas, las bolsas y emprendimos camino a las puertas del parque.
-Vamos directo al metro- dijo doblando por otro lado.
-No, por este camino también podemos ir.
-CiertoLa cagué para andar tonto.
-En este momento estoy mas estable, yo seré la consciencia entre los dos- dije riendo con desgano.
Él iba lamentándose, diciéndome cuanto le dolía todo esto, fue cuando vi pasar a Charlie corriendo.
-Vi a Charlie – dije rápidamente tomando la mano de mi Lobo y haciéndolo acelerar el paso.
Les grité a las chicas que estaban ahí para que se acercaran.
-¿Qué paso?- les pregunté cuando estuvieron lo suficientemente cerca.
-No sé, están tratando de convencerla para que no se vaya sola- dijo una mirando a Charlie que tenia las manos sobre los hombros de la Vale.
-Alguien tiene que irse con ella- dijo otra.
Me enoje totalmente en ese momento.
-Déjenla tranquila, ella no es tonta. Esta bien, está enojada pero sabe que está haciendo, ella sabe en que se mete- dije casi sin pensarlo, me sentía fuera de mi.
-¿Pero y si le pasa algo? - dijo una de las chicas.
-Va a estar bien, entiendan- dije bruscamente. Yo no soy así... - Valiwito, llama a Charlie... dile que la deje...
-No puedo, no me puedo acercar a ella - dijo apartando la mirada y cerrando los ojos mientras apretaba los puños con impotencia.
-Llamaré a Jasper- dijo una de las chicas... Yo fui tras ella... Llamamos a mi demonio.
-Oye déjenla - le dije a él con toda brusquedad, sin medir siquiera mi tono de voz. Él me miró sorprendido.
Miré que hacia la Vale... La vi caminar a pasos firmes mientras Charlie solo la dejaba ir... Se acercó a nosotros con los ojos llorosos (o por lo menos esa impresión me dio a mí)
-Se fue- dijo mirándonos.
-Debieron dejarla tranquila- balbucee enojada.
Hubo un silencio
-Me voy a ver a Ron- di media vuelta caminando con firmeza.
Vi a mi Licántropo destrozado, enojado, triste, angustiado... todo al mismo tiempo. Y yo sintiendo todo... sobre mi propia piel.
-¿Me dan bebida?- dijo estirando la mano hacia la Caro.
-Claro- dijo ella mientras todos comenzábamos a caminar nuevamente hacia el metro, un poco mas en calma.
Mi demonio estaba apoyando contra una pared, no veía su cara pero verlo así no me dio otra sensación más que una rabia descontrolada... Quería gritarles a todos, salir corriendo y que no importara nada más en esos momentos... Nada me importaba.
Me acerqué hacia donde estaban Charlie y mi demonio, los miré con los ojos ardiéndome, como prendidos en fuego, quemando lo que mirara.
Le tiré la mochila encima a mi demonio y lo fulmine con mi mirada escondida tras los lentes oscuros.
-Espera- me gritó él, poniéndose frente a mí, tratando de detenerme aferrándose con firmeza a mis débiles brazos.
-Suéltame por favor- le dije tratando de escapar de él y su dulce voz.
-Pero escúchame.
-DEJAME TRANQUILA, ME QUIERO IR, DEJAME!- y me soltó... Me puse los audífonos y comencé a caminar a zancadas mientras escuchaba que detrás de mi él había lanzado su mochila o algo así... No miré atrás... Vi a la Vale pasar por al lado de una tienda y escuche los vidrios romperse, miré al suelo y ahí estaban... Cristales trizados por doquier. ¿Qué había pasado?
La seguí gritando su nombre a sus espaldas.
-¡¡¡VALE... VALE ESCUCHAME ESPERA!!! - gritaba a sus espaldas pero ella no hacia mas que acelerar el paso. La vi alejarse. No estaba dispuesta a seguirla más.
Me devolví caminando al metro, estaba completamente fuera de mi, mas confundida y mareada.
Vi que se alguien se acercaba corriendo hacia mi, era mi Lobo.
-¿Que pasó? - me preguntó jadeando.
-¿Por qué?
-¿Qué paso con Jazz?- me dolió escuchar su pregunta... fue extraño.
-Eso no importa ahora... no me quiero ir sola... ¿Ándate conmigo?
-Pero tengo que ir a buscar mis cosas- dijo mirando hacia atrás.
Anda corriendo ahora ya!- y en dos segundos se perdió de mi vista corriendo escaleras arriba en U.Catolica.
Salí a tomar aire... Subí las escaleras que estaban fuera del metro y me quedé mirando hacia la vereda... Miraba el lugar donde, recién, todo se había ido a la cresta.
La Vale pasó por mi lado y ni siquiera me di el tiempo de mirarla. Si ella quería estar sola, sola iba a estar.
Mi Lobo venia corriendo velozmente hacia mi. La Vale estaba sentada en las escaleras.
Me acerqué a la oreja de mi Licántropo y susurré: "Por mas que quieras... no le hables" y así, lo tomé de la mano y bajamos corriendo por su lado. Seguimos bajando las otras escaleras y nos dirigimos a los torniquetes...
-LETOOOOO - gritó la Vale a mis espaldas. Volteé para ver que quería. Su mirada estaba en cualquier lado, a penas tenias los ojos abiertos. Se acercó a mí y solo dijo "Chao"... Bajé la mirada y vi aquello a lo que tanto temía... 2 profundos cortes en sus brazos. Se despidió de mi Licántropo que a penas noto lo que yo había visto y la dejo irse...
-Hueón, ¿le viste los brazos?- le dije con la voz angustiada.
Él la vio irse pero, reaccionando a tiempo, corrió, pasó la tarjeta por el marcador y cruzó al otro lado conmigo detrás.
Para detenerla estire mi mano y me aferre a su brazo pero mi mano se resbaló y ella grito de dolor.
-Ten cuidado, me duele!! - gritó mientras yo trataba de creer que había pasado.
Mi Lobo la dejó ir apoyándose en el fierro mientras ambos la veíamos bajar hacia el andén. Tomé consciencia por un minuto y miré mi mano... Sangre...
Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras mi Lobo me abrazaba con fuerza. Sentía su calor y su respiración justo en mi cuello.
-Mira mi mano... mira mi mano- sollozaba yo, colapsada totalmente a punto de desvanecerme en sus brazos- Mira mi mano...
Mi llanto rompía el ambiente del metro, todo parecía irreal y aun me preguntaba por que seguía ahí. ¿Por que la pesadilla no acababa?
-Vámonos- dijo mi Lobo tomándome de la cintura y guiándome hacia nuestro andén.
-No puedo mas- decía yo entre lágrimas de histeria y angustia.
-Si puedes, baja- decía el tratando de calmarme y hacerme bajar las escaleras...
Nos abrazamos con fuerza, éramos solo nosotros tratando de apoyarnos de alguna manera, tratando de que el otro no cayera. Necesitábamos estar estables para tratar de llegar a nuestro destino sin mayores inconvenientes.
Sentimos otro cuerpo unirse a nuestro abrazo. La Vale nos abrazaba a ambos y sollozaba con fuerza.
-¿Por qué lo hiciste?- le decía yo al oído mientras la abrazaba con fuerza, como si mi vida se fuera en la fuerza que puse para apretarla a nosotros.
El resto es como un viaje volando... El resto de todo lo que paso es solo música en mis oídos y las caras de ambos...
Tomé del cuello de la polera a mi lobo mientras la Vale iba escuchando música y sentada mirando el suelo del carro.
-No se te ocurra hacer nada de lo que te puedas arrepentir... No hagas nada que pueda hacerle daño a ella...- dije con furia- Ni a ella, ni a ti, ni a tu polola.
-Confía en mi- dijo sonriendo.
Me agaché y vi a la Vale sacándose el confort que yo había puesto al rededor de las heridas... Ella se miraba el brazo como si en realidad no viera nada.
-Ver los vidrios rotos no los va a volver a unir - le dije con calma mientras acercaba mis manos para tapar las heridas con su polerón.
Ella me miró con total tristeza aun que parecía estar enojada conmigo, pero no me importaba en lo mas mínimo, ella estaba ahí, viva y conmigo... Nada era más importante para mí que eso.
Las Rejas.
Nos bajamos a ojos de la gente curiosa que nos miraba desde que nos habíamos subido.
Llegamos al lado de la escalera y nos despedimos.
Me acerqué a la Vale y la besé en la frente. La miré un minuto y luego me dirigí a abrazar a mi Lobo...
-Nada de lo que te puedas arrepentir - dije cuando estuve cerca de su oído.
-Tranquila- dijo él y me miró a los ojos - Te quiero mucho.
-Yo también- le respondí con ternura.

Subí las escaleras y salí del metro. Él aire frío golpeó mi cara, el cielo se había oscurecido por completo y todo estaba iluminado por los autos que pasaban a mi lado.

Estaba confundida...
Quería a mi demonio.

¿Fue real?
Me miré la mano... La sangre se había secado.
SI, FUE REAL...

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